BIENVENIDOS !
SEMANA 3: 27 al 30 de abril.
LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA.
FASE DE EXPLORACIÓN
ACTIVIDAD DIAGNÓSTICA
Elabore un mapa mental sobre la siguiente lectura:
2. El gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta
de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y
avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia
aislada. Cuando la vida interior se clausura en los propios intereses, ya no
hay espacio para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de
Dios, ya no se goza la dulce alegría de su amor, ya no palpita el entusiasmo
por hacer el bien. Los creyentes también corren ese riesgo, cierto y
permanente. Muchos caen en él y se convierten en seres resentidos, quejosos,
sin vida. Ésa no es la opción de una vida digna y plena, ése no es el deseo de
Dios para nosotros, ésa no es la vida en el Espíritu que brota del corazón de
Cristo resucitado.
3. Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se
encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al
menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día
sin descanso. No hay razón para que alguien piense que esta - 3 - invitación no
es para él, porque «nadie queda excluido de la alegría reportada por el
Señor».1 Al que arriesga, el Señor no lo defrauda, y cuando alguien da un
pequeño paso hacia Jesús, descubre que Él ya esperaba su llegada con los brazos
abiertos. Éste es el momento para decirle a Jesucristo: «Señor, me he dejado
engañar, de mil maneras escapé de tu amor, pero aquí estoy otra vez para
renovar mi alianza contigo. Te necesito. Rescátame de nuevo, Señor, acéptame una
vez más entre tus brazos redentores». ¡Nos hace tanto bien volver a Él cuando
nos hemos perdido! Insisto una vez más: Dios no se cansa nunca de perdonar,
somos nosotros los que nos cansamos de acudir a su misericordia. Aquel que nos
invitó a perdonar «setenta veces siete» (Mt 18,22) nos da ejemplo: Él perdona
setenta veces siete. Nos vuelve a cargar sobre sus hombros una y otra vez.
Nadie podrá quitarnos la dignidad que nos otorga este amor infinito e
inquebrantable. Él nos permite levantar la cabeza y volver a empezar, con una
ternura que nunca nos desilusiona y que siempre puede devolvernos la alegría.
No huyamos de la resurrección de Jesús, nunca nos declaremos muertos, pase lo
que pase. ¡Que nada pueda más que su vida que nos lanza hacia adelante!
4. Los libros del Antiguo Testamento habían preanunciado la alegría de la
salvación, que se volvería desbordante en los tiempos mesiánicos. El profeta
Isaías se dirige al Mesías esperado saludándolo con regocijo: «Tú multiplicaste
la alegría, acrecentaste el gozo» (9,2). Y anima a los habitantes de Sión a
recibirlo entre cantos: «¡Dad gritos de gozo y de júbilo!» (12,6). A quien ya
lo ha visto en el horizonte, el profeta lo invita a convertirse en mensajero
para los demás: «Súbete a un alto monte, alegre mensajero para Sión, clama con
voz poderosa, alegre mensajero para Jerusalén» (40,9). La creación entera
participa de esta alegría de la salvación: «¡Aclamad, cielos, y exulta, tierra!
¡Prorrumpid, montes, en cantos de alegría! Porque el Señor ha consolado a su
pueblo, y de sus pobres se ha compadecido» (49,13). Zacarías, viendo el día del
Señor, invita a dar vítores al Rey que llega «pobre y montado en un borrico»:
«¡Exulta sin freno, Sión, grita de alegría, Jerusalén, que viene a ti tu Rey,
justo y victorioso!» (Za 9,9).
Pero quizás la invitación más contagiosa sea la del profeta Sofonías,
quien nos muestra al mismo Dios como un centro luminoso de fiesta y de alegría
que quiere comunicar a su pueblo ese gozo salvífico. Me llena de vida releer
este texto: «Tu Dios está en medio de ti, poderoso salvador. Él exulta de gozo
por ti, te renueva con su amor, y baila por ti con gritos de júbilo» (So 3,17).
Es la alegría que se vive en medio de las pequeñas cosas de la vida cotidiana,
como respuesta a la afectuosa invitación de nuestro Padre Dios: «Hijo, en la
medida de tus posibilidades trátate bien […] No te prives de pasar un buen día»
(Si 14,11.14). ¡Cuánta ternura paterna se intuye detrás de estas palabras!
El Evangelio, donde deslumbra gloriosa la Cruz de Cristo, invita
insistentemente a la alegría. Bastan algunos ejemplos: «Alégrate» es el saludo
del ángel a María (Lc 1,28). La visita de María a Isabel hace que Juan salte de
alegría en el seno de su madre (cf. Lc 1,41). En su canto María proclama: «Mi
espíritu se estremece de alegría en Dios, mi salvador» (Lc 1,47). Cuando Jesús
comienza su ministerio, Juan exclama: «Ésta es mi alegría, que ha llegado a su
plenitud» (Jn 3,29). Jesús mismo «se llenó de alegría en el Espíritu Santo» (Lc
10,21). Su mensaje es fuente de gozo: «Os he dicho estas cosas para que mi
alegría esté en vosotros, y vuestra alegría sea plena» (Jn 15,11). Nuestra
alegría cristiana bebe de la fuente de su corazón rebosante. Él promete a los
discípulos: «Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría»
(Jn 16,20). E insiste: «Volveré a veros y se alegrará vuestro corazón, y nadie
os podrá quitar vuestra alegría» (Jn 16,22). Después ellos, al verlo
resucitado, «se alegraron» (Jn 20,20). El libro de los Hechos de los Apóstoles
cuenta que en la primera comunidad «tomaban el alimento con alegría» (2,46).
Por donde los discípulos pasaban, había «una gran alegría» (8,8), y ellos, en
medio de la persecución, «se llenaban de gozo» (13,52). Un eunuco, apenas
bautizado, «siguió gozoso su camino» (8,39), y el carcelero «se alegró con toda
su familia por haber creído en Dios» (16,34). ¿Por qué no entrar también
nosotros en ese río de alegría?
Francisco.
(2013). Evangelii Gaudium, Kairós,
España.
REFLEXIONA:
1. ¿Crees que es importante la participación de la religión en la vida pública?
2. ¿Qué crees que pueda aportar la religión Católica a la vida del hombre actual?
3. ¿Cuáles crees que son los principios de la religión católica que más han impactado tu vida en sociedad?
4. Desde tu fe, tu creencia o tu sentir social: ¿Cuál crees que sería tu aporte para ayudar a mejorar nuestro entorno social?
5. ¿Consideras importante las ayudas que da la iglesia a los más necesitados?. Explica tu respuesta.
COMPROMISO:
1. ¿Crees que es importante la participación de la religión en la vida pública?
2. ¿Qué crees que pueda aportar la religión Católica a la vida del hombre actual?
3. ¿Cuáles crees que son los principios de la religión católica que más han impactado tu vida en sociedad?
4. Desde tu fe, tu creencia o tu sentir social: ¿Cuál crees que sería tu aporte para ayudar a mejorar nuestro entorno social?
5. ¿Consideras importante las ayudas que da la iglesia a los más necesitados?. Explica tu respuesta.
COMPROMISO:
Semana 3: 27 al 30 de abril
Elaborar un mapa mental de la lectura anterior. No olvides seguir los lineamientos para la elaboración de los mapas mentales, como el uso de imágenes y la diferenciación de ideas por medio de distintos colores.
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